He sentido el deseo de fotografiarla, Venecia, una noche que estaba en sus calles y la vi reflejarse, tímidamente, en las aguas oscuras que la atraviesan como terciopelo negro. Sì, Venecia en la noche es un terciopelo negro, que se mueve, y dentro del cual se esconden trazas, matices secretos, que flotan en silencio.
He paseado entre las calles laberínticas, junto a compañeros desconocidos y solitarios. He participado en locas fiestas de delirio mágico, he contemplado las líneas de las arquitecturas, a veces angulosas y a veces suavemente curvadas.
He paseado entre las calles laberínticas, junto a compañeros desconocidos y solitarios. He participado en locas fiestas de delirio mágico, he contemplado las líneas de las arquitecturas, a veces angulosas y a veces suavemente curvadas.
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