
Muchas horas de coche, muchos quilómetros de carretera y pista, momentos para reír y momentos de incertidumbre, muchas habitaciones compartidas en humildes pensiones de aquí y de allá, paisajes vividos y personas conocidas que nos han hecho crecer un poco más.
Marruecos, país de gente bondadosa y amable, nos muestra una serie de diferentes formas de hacer según nos adentramos en el camino. Al norte con más influencias hispánicas, en la Sierra del Atlas gente de montaña, en el desierto, antiguos nómadas ahora reconvertidos para satisfacer las necesidades turísticas, Marrakech ciudad cosmopolita con un tráfico caótico y la incomparable plaza Djemaa el Fna y finalmente el trayecto concluye en las inolvidables playas de Essaouira.
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